Alrededor de esta pregunta corren muchos mitos que se han ido divulgando durante años. Unos dicen que la cafeína es tan mala para nuestro cuerpo que hasta puede provocarnos cáncer, y, por el contrario, otros dicen tener propiedades más que positivas para nuestro organismo. Entonces, ¿sabemos qué ocurre cuando la cafeína entra en contacto con nuestro cuerpo?
Pues bien, como ocurre con muchas sustancias, cada persona es un mundo, y por tanto, el efecto de la cafeína afecta de forma diferente a unos u otros. Pero lo que sí que es cierto ya que está comprobado científicamente, es que este elemento no tiene tantas consecuencias negativas para nuestro organismo como nos han querido hacer ver.
Según un estudio realizado en la isla griega de Icaria, donde el promedio de vida de las personas mayores es de 90 años, se reveló que los ancianos que consumían dos o tres tazas de café a lo largo del día y que padecían de presión arterial elevada, tenían unos vasos sanguíneos mucho más elásticos que los que no consumían apenas café.
Además, por todos es conocido el efecto estimulante que nos provoca la cafeína cuando entra en contacto con nuestro cuerpo, consiguiendo una mayor dosis de concentración y haciendo que nos sintamos mucho más enérgicos. Pero aquí no acaban las ventajas de la cafeína.
Según un estudio publicado por The Journal of Nutrition, las mujeres que beben varias tazas de café diarias tienden a tener menos grasa corporal y abdominal que las que no consumen nada esta bebida. Y es que, según cuentan, las mujeres de entre 20 y 44 años que consumen café de manera habitual tienen los niveles de adiposidad más bajos, es decir, acumulan mucha menos grasa corporal.
Pero en referencia a los niveles de cafeína necesarios en una taza de café, bien es cierto que no todos los cafés contienen la misma dosis de cafeína. Son muchos los factores que afectan a la cantidad que haya de esta sustancia en una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, pero dos de los que más influyen son la forma de preparación que se lleve a cabo y el tipo de café que sea.
La variedad y el origen de los granos de café es otro factor que hay que tener en cuenta a la hora de medir cuanta cafeína contiene, así como el grado de tueste, el de molido, los utensilios que se utilizan en su preparación, y, por último pero no por ello menos importante, la cantidad de café que utilicemos.
En el mundo del café de especialidad, la cantidad de cafeína que se encuentra en los granos arábica, que crecen a más altura y son de más calidad, es de 1%, mientras que en los de robusta, de menor calidad, que crecen a alturas más bajas, es de un 4%. Con lo que siempre que tomes café de especialidad, sabrás que estás ante unas dosis de cafeína muy baja y de excelente calidad.
Por todo ello, resulta muy difícil concretar una cifra exacta de cafeína, ya que a cada persona le gusta el café de una forma diferente, y por tanto su forma de preparación varía dependiendo de cada caso concreto. Visita nuestra web para aprender más sobre el universo cafetero.