Esta finca fue adquirida en 2010 por Max Perez y junto a varias familias, vieron la oportunidad de conseguir sus sueños en la región de Acatenago. Max nació y creció entre plantaciones de café, así que solo fue cuestión de tiempo el que consiguiera la suya propia.

Su idea de negocio consiste en fomentar el desarrollo de una finca de café de especialidad que una tradición e innovación para proporcionar a sus clientes unos cafés increíbles a la vez que crear un impacto positivo en la sociedad.

La región tampoco fue escogida al azar. El Valle de Acatenago posee una tierra y un paisaje únicos. Con dos volcanes que coronan un suelo rico en minerales y que le dan el cuidado que necesitan las plantaciones de café, la combinación de pasión y ubicación, no podía ser mejor.

Con el equipo en marcha y la experiencia de la familia que había adquirido, les fue fácil decidir qué variedades de café plantar, qué árboles darían mejor sombra y qué otras necesidades técnicas tendrían que afrontar.

Desde la selección de las semillas a plantar, cada detalle es supervisado con sumo cuidado para garantizar el éxito de este proyecto.

Una plantación de café es una inversión a largo plazo, así que cuidar paso del proceso es crucial. Todos los cafés son recolectados a mano y procesados siguiendo el mejor método escogido. En este caso tenemos un proceso lavado, lo que le da una taza muy limpia, uniforme y dulce.

La calidad de los cafés de la Finca La Hermosa ha conseguido premios internacionales como La Taza de Excelencia en 2013 entre otros.

Este café se presenta ideal para una preparación en cafetera italiana o en espresso.